domingo, 27 de noviembre de 2016

Terceros. Prácticas para integrador

1. Mientras se inundaba la casa, vos estabas durmiendo tranquilamente.
2. Al notar lo que debíamos hacer, los varones decidieron que no asistirían.
3. Siempre que intuyas que algo va mal, escucha tu instinto.
4. El inspector era tan hábil que resolvió el caso en minutos.
5. A pesar de que Marina y Lucía se amigaron, jamás volvieron a ser tan cercanas.
6. Si no circulan por esta vía, perderán mucho tiempo.
7. Aunque implicaron a varias personas más, nadie ignoró que el culpable fuera él.
8. Para que no supieran dónde estaba la plata, Manuel esperó que salieran y la escondió después.
9. A menos que insultes a tu maestra, jamás te retará.
10. Por más que reniegues con él, no lograrás enderezar lo que te molesta.

martes, 22 de noviembre de 2016

Terceros. Práctica para integrador

1. Con quienes no tenemos onda, no vayamos.
2. Te llamé anoche porque no me habías avisado que no vendrías al horario que acordamos.
3. Mientras no entrenes lo suficiente para que el músculo se restablezca, no podrás jugar los partidos.
4. Donde nos encontramos el otro día, se cayó el documento de Mauro.
5. Cocinamos lo que había en la heladera para que no quedara nada antes de partir.
6. Aunque caminamos hasta el faro, no encontramos almejas de las que nos describiste.
7. Si el asunto fuera tan claro, no tendríamos problemas en llegar a un acuerdo.
8. Los protagonistas se amaban tanto que no conseguían expresar lo que sentían mediante palabras.
9. La que no trataba de vencer a nadie fue quien finalmente venció.
10. Tu madre te advirtió que no tuvieras relación con el que se robó los fondos de la fundación.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Terceros. Para quienes se quedan

1. Crear cinco oraciones que tengan Proposiciones Incluidas Adverbiales Consecutivas. Analizarlas.
2. Crear cinco oraciones que tengan Proposiciones Incluidas Adverbiales Concesivas. Analizarlas.
3. Crear cinco oraciones que tengan Proposiciones Incluidas Adverbiales Condicionales. Analizarlas.
4. Crear cinco oraciones que tengan Proposiciones Incluidas Adverbiales comunes. Analizarlas.
5. Crear cinco oraciones que tengan Proposiciones Incluidas Adjetivas. Analizarlas.
6. Crear cinco oraciones que tengan Proposiciones Incluidas Sustantivas. Analizarlas.



domingo, 6 de noviembre de 2016

Terceros. Práctica y más práctica

1. Si encontraras a tu amigo con mi amiga, te llevarías una sorpresa desagradable.
2. A pesar de que tenés una gran libertad mental, todavía no lograste vencer las expectativas que tu madre puso en vos.
3. Aumentando el número de integrantes, la asamblea no logrará que se llegue a un acuerdo.
4. Subvencionaron tanto a los productores agropecuarios que los convirtieron en agentes dependientes del gobierno de turno.
5. Los estudiantes no hallarán el libro que necesitaban aunque busquen una semana en la biblioteca de la Universidad.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Quintos. Para practicar. "Los buques suicidantes" de Horacio Quiroga


Los buques suicidantes

Horacio Quiroga



Resulta que hay pocas cosas más terribles que encontrar en el mar un buque abandonado. Si de día el peligro es menor, de noche no se ven ni hay advertencia posible: el choque se lleva a uno y otro.
Estos buques abandonados por a o por b, navegan obstinadamente a favor de las corrientes o del viento, si tienen las velas desplegadas. Recorren así los mares, cambiando caprichosamente de rumbo.
No pocos de los vapores que un buen día no llegaron a puerto, han tropezado en su camino con uno de estos buques silenciosos que viajan por su cuenta. Siempre hay probabilidad de hallarlos, a cada minuto. Por ventura las corrientes suelen enredarlos en los mares de sargazo. Los buques se detienen, por fin, aquí o allá, inmóviles para siempre en ese desierto de algas. Así, hasta que poco a poco se van deshaciendo. Pero otros llegan cada día, ocupan su lugar en silencio, de modo que el tranquilo y lúgubre puerto siempre está frecuentado.
El principal motivo de estos abandonos de buque son sin duda las tempestades y los incendios que dejan a la deriva negros esqueletos errantes. Pero hay otras causas singulares entre las que se puede incluir lo acaecido al María Margarita, que zarpó de Nueva York el 24 de Agosto de 1903, y que el 26 de mañana se puso al habla con una corbeta, sin acusar novedad alguna. Cuatro horas más tarde, un paquete, no teniendo respuesta, desprendió una chalupa que abordó al María Margarita. En el buque no había nadie. Las camisetas de los marineros se secaban a proa. La cocina estaba prendida aún. Una máquina de coser tenía la aguja suspendida sobre la costura, como si hubiera sido dejada un momento antes. No había la menor señal de lucha ni de pánico, todo en perfecto orden; y faltaban todos. ¿Qué pasó?
La noche que aprendí esto estábamos reunidos en el puente. Íbamos a Europa, y el capitán nos contaba su historia marina, perfectamente cierta, por otro lado.
La concurrencia femenina, ganada por la sugestión del campo de batalla presente, oía estremecida. Las chicas nerviosas prestaban sin querer inquieto oído a la voz de los marineros en proa. Una señora recién casada se atrevió:
-¿No serán águilas?…
El capitán se sonrió bondadosamente:
-¿Qué, señora? ¿Águilas que se lleven a la tripulación?
Todos se rieron y la joven hizo lo mismo, un poco avergonzada.
Felizmente un pasajero sabía algo de eso. Lo miramos curiosamente. Durante el viaje había sido un excelente compañero, admirando por su cuenta y riesgo, y hablando poco.
-¡Ah! ¡si nos contara, señor! -suplicó la joven de las águilas.
-No tengo inconveniente -asintió el discreto individuo-. En dos palabras -y en los mares del norte, como elMaría Margarita del capitán- encontramos una vez un barco a vela. Nuestro rumbo -viajábamos también a vela- nos llevó casi a su lado. El singular aire de abandono que no engaña en un buque, llamó nuestra atención, y disminuimos la marcha observándolo. Al fin desprendimos una chalupa; abordo no se halló a nadie, y todo estaba también en perfecto orden. Pero la última anotación del diario databa de cuatro días atrás, de modo que no sentimos mayor impresión. Aún nos reímos un poco de las famosas desapariciones súbitas.
“Ocho de nuestros hombres quedaron abordo para el gobierno del nuevo buque. Viajaríamos de conserva. Al anochecer nos tomó un poco de camino. Al día siguiente lo alcanzamos, pero no vimos a nadie sobre el puente. Desprendiose de nuevo la chalupa, y los que fueron recorrieron en vano el buque: todos habían desaparecido. Ni un objeto fuera de lugar. El mar estaba absolutamente terso en toda su extensión. En la cocina hervía aún una olla con papas.
“Como ustedes comprenderán, el terror supersticioso de nuestra gente llegó a su colmo. A la larga, seis se animaron a llenar el vacío, y yo fui con ellos. Apenas abordo, mis nuevos compañeros se decidieron a beber para desterrar toda preocupación. Estaban sentados en rueda y a la hora la mayoría cantaba ya.
“Llegó mediodía y pasó la siesta. A las cuatro, la brisa cesó y las velas cayeron. Un marinero se acercó a la borda y miró el mar aceitoso. Todos se habían levantado, paseándose, sin ganas ya de hablar. Uno se sentó en un cabo y se sacó la camiseta para remendarla. Cosió un rato en silencio. De pronto se levantó y lanzó un largo silbido. Sus compañeros se volvieron. Él los miró vagamente, sorprendido también, y se sentó de nuevo. Un momento después dejó la camiseta en el cabo arrollado, avanzó a la borda y se tiró al agua. Al sentir el ruido, los otros dieron vuelta la cabeza, con el ceño ligeramente fruncido. En seguida se olvidaron, volviendo a la apatía común.
“Al rato otro se desperezó, restregose los ojos caminando, y se tiró al agua. Pasó media hora; el sol iba cayendo. Sentí de pronto que me tocaban en el hombro.
“-¿Qué hora es?
“-Las cinco -respondí.
“El viejo marinero me miró desconfiado, con las manos en los bolsillos, recostándose enfrente de mí. Miró largo rato mi pantalón, distraído. Al fin se tiró al agua.
“Los tres que quedaban se acercaron rápidamente y observaron el remolino. Se sentaron en la borda, silbando despacio, con la vista perdida a lo lejos. Uno se bajó y se tendió en el puente, cansado. Los otros desaparecieron uno tras otro. A las seis, el último se levantó, se compuso la ropa, apartose el pelo de la frente, caminó con sueño aún, y se tiró al agua.
“Entonces quedé solo, mirando como un idiota el mar desierto. Todos, sin saber lo que hacían, se habían arrojado al mar, envueltos en el sonambulismo moroso que flotaba en el buque. Cuando uno se tiraba al agua, los otros se volvían momentáneamente preocupados, como si recordaran algo, para olvidarse en seguida. Así habían desaparecido todos, y supongo que lo mismo los del día anterior, y los otros y los de los demás buques. Esto es todo.”
Nos quedamos mirando al raro hombre con excesiva curiosidad.
-¿Y usted no sintió nada? -le preguntó mi vecino de camarote.
-Sí, un gran desgano y obstinación de las mismas ideas, pero nada más. No sé por qué no sentí nada más. Presumo que el motivo es este: en vez de agotarme en una defensa angustiosa y a toda costa contra lo que sentía, como deben de haber hecho todos, y aún los marineros sin darse cuenta, acepté sencillamente esa muerte hipnótica, como si estuviese anulado ya. Algo muy semejante ha pasado sin duda a los centinelas de aquella guardia célebre, que noche a noche se ahorcaban.
Como el comentario era bastante complicado, nadie respondió. Se fue al rato. El capitán lo siguió un rato de reojo.
-¡Farsante! -murmuró.
-Al contrario -dijo un pasajero enfermo, que iba a morir a su tierra-. Si fuera farsante no habría dejado de pensar en eso, y se hubiera tirado al agua.

Quinto. Para practicar. "La Eneida" de Virgilio

La Eneida de Virgilio
LIBRO I

Canto las armas y a ese hombre que de las costas de Troya 
llegó el primero a Italia prófugo por el hado y a las playas 
lavinias, sacudido por mar y por tierra por la violencia
de los dioses a causa de la ira obstinada de la cruel Juno,
tras mucho sufrir también en la guerra, hasta que fundó la ciudad                             5
y trajo sus dioses al Lacio; de ahí el pueblo latino        
y los padres albanos y de la alta Roma las murallas.
Cuéntame, Musa, las causas; ofendido qué numen
o dolida por qué la reina de los dioses a sufrir tantas penas
empujó a un hombre de insigne piedad, a hacer frente                                                  10
a tanta fatiga. ¿Tan grande es la ira del corazón de los dioses?
Hubo una antigua ciudad que habitaron colonos de Tiro, 
Cartago, frente a Italia y lejos de las bocas
del Tiber, rica en recursos yviolenta de afición a la guerra;
de ella se dice que Juno la cuidó por encima de todas las tierras,                               15
más incluso que a Samos. Aquí estuvieron sus armas,
aquí su carro; que ella sea la reina de los pueblos,
si los hados consienten, la diosa pretende e intenta.
Pero había oído que venía una rama de la sangre troyana
que un día habría de destruir las fortalezas tirias;                                                          20
para ruina de Libia vendría un pueblo poderoso
y orgulloso en la guerra; así lo hilaban las Parcas.
Eso temiendo y recordando la hija de Saturno otra guerra 
que ante Troya emprendiera en favor de su Argos querida,       
que aún no habían salido de su corazón las causas del enojo                                     25
ni el agudo dolor; en el fondo de su alma
clavado sigue el juicio de Paris y la ofensa de despreciar
su belleza y el odiado pueblo y los honores a Ganimedes raptado. 

lunes, 24 de octubre de 2016

Terceros. Subordinadas Adverbiales Especiales (Condicionales, Consecutivas y Concesivas)

1. Tanto intentaste ganarme, que finalmente te olvidaste de tu objetivo.
2. Siempre que me respetes, recibirás todo mi favor.
3. Si bien no pensamos igual que él, respetaremos su decisión.
4. Por más que te esfuerces en hacerme sentir mal, no vas a lograrlo.
5. A pesar de que no disfruto la playa, iré a Mar del Plata en este verano.
6. Si te adaptás rápidamente al nuevo trabajo, seguramente te ascenderán.
7. Los militares tuvieron tal valentía que los enemigos se sorprendieron considerablemente.
8. Aunque compitan exageradamente entre sí, mis hijas se quieren mucho.
9. Pese a que no llegamos a tiempo, nos recibirán igualmente la solicitud.
10. A condición de que entregues la documentación, se te dará el número.
11. A menos que resuelvas tu problema, no se te acercará alguien honesto.
12. Tuvieron tanta aceptación tus buñuelos, que en minutos no quedó ninguno.
13. Aún cuando no sepas cocinar, esto te sale muy bien.
14. Si piensas viajar hacia otro país, procura tener preparado el pasaporte.
15. Incluso cuando conoces a la persona, debes tener cuidado.
16. Siempre que pienses con cuidado tus acciones, lograrás evitar las consecuencias negativas.
17. Con tal de que cumplas con tu obligación, te dejaré salir mañana.
18. En el caso de que camines hacia el colegio, pasa por el correo a enviar esta carta.
19. Por mucho que practiques, no eres bueno para tocar la guitarra.
20. Si bien estudias mucho, tus evaluaciones no reflejan lo que sabes.