Sherlock Holmes, personaje ficticio creado en 1887 por Sir Arthur Conan Doyle, es un «detective asesor» en el Londres de finales del siglo XIX, que destaca por su inteligencia, su hábil uso de la observación y el razonamiento deductivo para resolver casos difíciles. Es protagonista de una serie de 4 novelas y 56 relatos de ficción, que componen el «canon holmesiano», publicados en su mayoría por The Strand Magazine.
Sherlock Holmes es el arquetipo de investigador cerebral por excelencia e influyó en gran medida en la ficción detectivesca posterior a su aparición. Aunque podemos considerar a Auguste Dupin, creado por Edgar Allan Poe, como un personaje predecesor muy similar,[1] la genialidad excéntrica de éste no alcanzó la enorme popularidad que Holmes y su autor alcanzaron en vida de éste.[2]
Ateniéndonos a las pautas de textos de Doyle, Sherlock Holmes nació el 6 de enero de 1854. Su padre era un hacendado inglés y su madre descendía de una estirpe de pintores franceses. Tiene un hermano, Mycroft, que gracias a las portentosas facultades para gestionar ingentes cantidades de información que posee, trabaja casi anónimamente como coordinador general e informador interno de los asuntos del gobierno británico.
Sherlock Holmes parece haber sido un estudiante en la universidad, probablemente la de Oxford, pero sin duda no Cambridge. Tras su graduación, se aloja cerca del Museo Británico para poder estudiar las ciencias necesarias para el desarrollo de su carrera posterior. Conoce a Watson en 1881, en el hospital Saint Bartholomew. Rehúsa el título de sir, pero acepta la Legión de honor.
Su gran enemigo, también de extraordinarias facultades intelectuales, es el profesor Moriarty, quien llegó a acabar aparentemente con la vida del eminente detective en la cascada de Reichenbach, Suiza (La aventura del problema final). Doyle tuvo que optar por resucitar a su héroe cuando miles de lectores protestaron llevando crespones negros en el sombrero en señal de luto. Sherlock Holmes reaparece en el caso La casa vacía (La reaparición de Sherlock Holmes, 1903).
Tras una carrera de 23 años, de los que Watson compartió 17 con el, Holmes se retiró a Sussex, donde se dedicó a la apicultura, y llegó a escribir un libro titulado Manual de apicultura, con algunas observaciones sobre la separación de la reina, y también, casi casualmente, resolvió uno de sus casos más complicados: La aventura de la melena del león (1907). Posteriormente a su jubilación como detective se dedicó dos años a preparar concienzudamente una importante acción de contraespionaje poco antes del inicio de la Primera Guerra Mundial. Nada más consta sobre él a partir de 1914.
[editar] Conocimientos y habilidades
En la primera historia, Estudio en escarlata, se brinda un cierto trasfondo de Holmes. A principios de 1881, se presenta como un estudiante independiente de química con una variedad de intereses muy curiosa, casi toda la cual le sirve en la resolución de crímenes. En una de las primeras historias, La corbeta Gloria Scott, el padre de un amigo del colegio lo felicita por sus habilidades deductivas y el propio Holmes explica que ello fue una de las razones por la que se convirtió en detective.Holmes siempre usó métodos científicos (o supuestamente científicos) y se centra en los métodos de la lógica y los poderes de observación y deducción. Es un personaje excéntrico y siempre sigue siendo objetivo. Él sólo nos revela las cosas poco a poco. En Estudio en escarlata, Watson se muestra sorprendido del desconocimiento que tiene Holmes de la teoría heliocéntrica demostrada por Nicolás Copérnico en el siglo XVI:
"— Mr. Holmes, but it seems to me that all the detectives of fact and of fancy would be children in your hands. That's your line of life, sir, and you may take the word of a man who has seen something of the world."
— And that recommendation, with the exaggerated estimate of my ability with which he prefaced it, was, if you will believe me, Watson, the very first thing which ever made me feel that a profession might be made out of what had up to that time been the merest hobby.«— Sr. Holmes, pero me parece que todos los detectives de realidad o de ficción no serían más que niños en sus manos. Esa es su línea de trabajo, señor, y puede creer en la palabra de un hombre que ha visto algo de mundo».
— Y esa recomendación, con la exagerada estimación de mis facultades que la precedió, fue, puede creerme, Watson, lo primero que me permitió ver que una profesión podía surgir de lo que hasta entonces yo veía como una mera afición.La corbeta Gloria Scott.[6]
Sin embargo, mi sorpresa alcanzó el punto culminante al descubrir de manera casual que desconocía la teoría de Copérnico y la composición del sistema solar. Me resultó tan extraordinario el que en nuestro siglo XIX hubiese una persona civilizada que ignorase que la Tierra gira alrededor del Sol, que me costó trabajo darlo por bueno.Más aún cuando justo después de ello Holmes le asegura que «ahora que lo sabe, intentará olvidarlo», aludiendo a que cree que el cerebro es limitado en cuanto a la capacidad de información que puede retener, y que por ello «es de mayor importancia que los datos inútiles no desplacen a los útiles». A raíz de esto, el doctor Watson decide evaluar las habilidades de Holmes, calificándolas de este modo:
Estudio en escarlata.[7]
- Literatura. — Cero.
- Filosofía. — Cero.
- Astronomía. — Cero.
- Política. — Ligeros.
- Botánica. — Desiguales. Al corriente sobre la belladona, opio y venenos en general (puede distinguir el lugar de cultivo de la planta, día y tiempo de consumo estudiando una colilla de cigarro). Ignora todo lo referente a los cultivos prácticos y jardinería.
- Geología. — Conocimientos prácticos, pero limitados. Distingue de un golpe de vista las clases de tierras. Después de sus paseos por Londres puede debido al color y consistencia definir de que parte de toda la ciudad es cada una de las manchas de barro en su pantalón.
- Química. — Conocimientos profundos.
- Anatomía. — Exactos, pero no sistemáticos.
- Literatura sensacionalista. — Inmensos. Parece conocer con todo detalle los crímenes perpetrados en el siglo XIX.
- Música. — Toca bien el violín.
- Combate. — Experto boxeador y esgrimista de palo y espada. (Sin embargo, en La aventura de la casa deshabitada, de 1901, Sir Arthur Conan Doyle menciona que Holmes tenía algún conocimiento de «baritsu», refiriéndose al bartitsu, arte marcial ecléctico enfocado a la defensa personal que fue desarrollado en Inglaterra entre 1898 y 1902).
- Leyes. — Tiene conocimientos prácticos de la leyes británicas.[8]