La señal fracasó. El poeta había escrito una epopeya, cientos de folios, por advertir a quien amaba que era tiempo de cambiar o de morir… Su musa leyó aquello y desplegó una sorna despiadada. Seis meses duró la burla.
Una mañana, el poeta oyó que había partido de una muerte idéntica a la que él pensó para ella. Sólo entonces descubrió el aterrador poder de su pluma.