domingo, 18 de marzo de 2012

Más para apuntadores distraídos. Origen de la Lit. Iberoamericana.

 
Los filólogos americanos vacilan al considerar una única fecha como el inicio de la Literatura Iberoamericana. Tres criterios se debaten como premisas a la hora de  fijar el origen en un momento determinado. El primero, de carácter étnico, privilegia el encuentro de dos razas diferentes en el choque de culturas y su síntesis forzosa, silenciosa y  paulatina . Así, luego del impacto se inicia un proceso lento de transculturación que acaba con el sincretismo característico de la Literatura Latinoamericana.  Para quienes parten de este concepto, el punto de partida corresponde al 1500, etapa en que comienzan a llegar cada vez más numerosas las expediciones españolas y portuguesas a América.  En esta línea, la primera literatura estaría conformada  por los relatos o “relaciones” que redactan los mismos protagonistas de la Conquista con el objeto de documentar y difundir las hazañas y los hechos heroicos que están experimentando.
La segunda premisa que guía a los estudiosos a establecer el acto inaugural de la Literatura hispanoamericana responde a la  lectura política del proceso. Según esta mirada, no sería posible dar a luz a una genuina literatura vernácula si no existiera independencia política, legal y administrativa. Antes de que surgiera la canción de gesta propia de un pueblo, sería preciso dar nacimiento a esa nación, a esa identidad a través de manifestaciones históricas e institucionales. Esta visión supone un principio de la Literatura situado en  la década de 1810, cuando se independizan gran parte de los pueblos que compusieron previamente la América hispánica de la colonia.
Como tercer criterio, existe aquél por el cual la verdadera identidad literaria no puede estar asociada a mestizaje alguno (criterio étnico) ni a procesos políticos. En cambio, el objeto artístico de la Literatura, debiera atender a una independencia no burocrática sino estética. Para quienes creen en este supuesto, la Literatura Iberoamericana no inicia hasta tanto la actividad literaria comienza a distanciarse de los referentes del neoclasicismo español, movimiento que domina el siglo XVII y XVIII en Europa y en América. Este hecho determina la fecha de inicio como 1830, momento desde el cual se perfilan en el ámbito intelectual las ideas y la sensibilidad de un romanticismo particular y diferente de su referente europeo. Un romanticismo nacionalista no tan subjetivo e individualista como el europeo, sino impregnado de un ímpetu comunitario, de un compromiso patriótico en efervescencia, deseoso de forjar una identidad de pueblo.