domingo, 12 de agosto de 2018

Quintos. Para practicar XIII


Victoriana Hurtado

Cuenta una leyenda que la joven Victoriana Hurtado era además de la heredera de una gran fortuna, una belleza insuperable. Muchos hombres habrían deseado desposarla. Pero su padre le dejó escoger al que más le gustara. Así fue que tomó esposo, dejándose llevar por la primera impresión. Un tiempo después de casarse comenzaron a llegar los hijos y Victoriana sintió que algo estaba distanciándola de su esposo. El juego, otras mujeres, su hábito de malgastar la fortuna eran un verdadero muro entre ellos. Con el tiempo, sus hijos crecieron y tomaron actitudes similares. Deseaban, por encima de cualquier otra cosa, la muerte de su madre para heredar toda la fortuna.
La vida le envió  una enfermedad a Victoriana que hoy la ciencia conoce como “Catalepsia”, y que finalmente pondría las cosas en su lugar. Quien padece catalepsia, sufre un fenómeno que lo hace parecer muerto. Carece de signos vitales por un tiempo, pero aunque sea imperceptible, sigue vivo. Un tiempo después, el síntoma se va y sucede lo que el pueblo ve como un milagro: el muerto parece resucitar.
Victoriana comenzó a sufrir estos vahídos y sus familiares festejaban hasta el amanecer convencidos de que finalmente recibirían sus riquezas. Unas horas después, la mujer regresaba y todo el mundo se ponía de luto.
En una de esas ocasiones, permaneció sin signos vitales los tres días de cautela y finalmente los deudos la hicieron enterrar.
Unas horas después de ser enterrada, el cuidador del cementerio oyó golpes y gritos. Se acercó a su sepultura, y vio su mano abriéndose paso por la tapa abierta del ataúd… Lo que sucedió después es fácil de imaginar…
Sus hijos y su esposo vivieron, desde ese mismo día, en la más penosa pobreza porque Victoriana se aseguró de reescribir su testamento y dejar toda la fortuna a una obra de Caridad. Eso explica que en el pequeño edificio de su sepultura se vea una escultura escalofriante: la mano de mármol emergiendo del muro y sosteniendo unos papeles que dicen “Testamento”.