Vínculo
Fue verlo a los ojos y sentir la náusea. El rechazo
inmediato de aquel cuerpo, de aquella cara que no le correspondía. Y, sin embargo, saber seguro que era él en
los ojos. Un él conservado en la
conciencia a pesar de los olvidos. Nada recordaba, ni una escena, ni un siglo,
ni una ciudad. Pero era él, después de eternidades de desencuentros. Él, en los
ojos.